Logroño - Nájera

Comenzamos nuestro día a las 7:00, tras un reconfortante descanso en el hostal de Logroño "hostel Entresueños", y tras calzarnos un contundente desayuno, partimos a las 8:00 en dirección Nájera.

Siendo sincero, la etapa me resulto bastante aburrida, debido a que la mayor parte de esta se desarrollaba pegada a una concurrida autovía, lo cual fue una pena. Lo más memorable de la etapa fue el inmenso lago que había a las afueras de Logroño y el parque que lo rodeaba. Había mucha calma a esas horas, por lo que la fauna que habitaba la zona disfrutaba también de la paz... Patos, ardillas, liebres, cisnes... todos en completa armonía, y que resulto ser lo más bonito de toda la etapa. 


La etapa fue de unos 30 km, la cual resulto bastante dura, debido al calor infernal que nos acompaño todo el tiempo, y la poca sombra que hubo. Llegando a Nájera, parecía que estábamos en el desierto del Sahara, ya que era todo un secarral, sin un alma por la calle... aunque en cierta medida molaba. 

Cuando llegamos a Nájera, me sorprendió gratamente, ya que es un pueblo/ciudad rodeado por una montaña, donde se encontraban numerosas cuevas, y donde antaño vivían las personas. La verdad es que es un sitio bonito, con mucha vida, hay un rio que cruza por medio del pueblo, tiene encanto medieval en sus calles, edificios,... 



Nos alojamos en el albergue el "Nido de la Cigüeña" que se encontraba a unos minutos del centro, aunque estaba un poco desangelado. El albergue estaba bastante bien, tenía una buena cocina, con muchos utensilios y bastante limpia, un jardín para tender la ropa, y unas habitaciones bastante confortables. Lo único negativo que le saco al albergue fue la hospitalera que estaba al cargo de atender a los peregrinos, ya que era uno de los seres vivos más bordes que he tenido el "placer" de conocer. Era una chica de unos treinta y pocos, que por el acento que tenía, procedía de Europa del este. Ya de buenas a primeras cuando nos registramos no nos explico nada, lo único que nos dijo fue, "Os registráis o no, que no tengo todo el día" y luego os contaré cual fue su momento de mayor esplendor, en lo que respecta a bordura, pero cuando nos pedía los papeles, la credencial... parecía un sargento. 

Tras acomodarnos, ducharnos, comer un buen plato de macarrones con chorizo, echarnos una siestita... Procedimos a dar una vuelto por el pueblo. Como ya os he comentado previamente, tenía mucho encanto, gracias a su estilo medieval y la animación que había. Aproveché y me compré unas sandalias, ya que tenía unas deportivas que eran un poco pesadas y que ocupaban mucho espacio en mi mochila. Por lo que me agencié estas prácticas sandalias y doné en el albergue municipal las deportivas, ya que podían ser de uso en algún momento a otros peregrinos. En ese albergue nos enteramos de que esa noche se iba a celebrar una especie de teatro medieval en la plaza del pueblo sobre las 22:00... Nos pareció muy buen plan para la noche, pero resulta que el albergue cerraba sus puertas a las 22:00, por lo que no podíamos volver a entrar si íbamos al espectáculo... Así que nos armamos de valor y fuimos a intentar convencer a nuestra "amiga" la hospitalera de que pudiera hacer una excepción... Le comenté que nos habíamos enterado de que había un espectáculo muy chulo en el pueblo, y haber si podía dejarnos volver a entrar más tarde de la hora de cierre. Su respuesta fue un tajante NO. Le volví a insistir diciendo que era algo muy especial muy especial en el pueblo, debido a las fiestas del pueblo... A lo que me respondió: "En este pueblo siempre hay fiestas". Fue en ese momento, cuando la conversación se acabó. 

Así que con esta dura derrota, nos fuimos a dar una vuelta, mojarnos los pies en el rio, pasar el rato con los peregrinos que hemos ido conociendo por el camino y relajarnos un poco con la tranquilidad del pueblo. La verdad es que es un sitio muy bonito y con mucho encanto. 




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