Saint Jean de Pie de Port - Roncesvalles

 La etapa fue bastante dura, debido a su dificultad y a que eran 24 km de distancia. Comenzamos el día a las 7:00, tras haber pasado una noche bastante regular, debido a los ronquidos de los peregrinos, y a las visitas nocturnas de los gatos de Kristtiane... En medio de la noche abrí los ojos y tenía un gato a dos palmos de mi cara, que casi me provoco un infarto. Pero bueno, c'est la vie como dicen los franceses. Nos preparamos, desayunamos (muy caro el desayuno de los bares) y comenzamos la etapa. 

La verdad es que no pudimos disfrutar mucho del paisaje que esta etapa ofrece, debido a la densa niebla que nos acompaño a lo largo de toda la etapa, por lo que fue una pena... Pero a su vez tuvo su encanto, ya que había caballos, ganado... que aparecían entre las tinieblas y nos sorprendían, ya que no los veíamos venir. Como ya he comentado previamente, la etapa era muy cañera, debido al desnivel que hay, ya que es muy notable, pudiendo resultar muy exigente físicamente. E incluso ha habido peregrinos que han fallecido por la etapa, ya que nos encontramos más de una cruz por el camino, en memoria de estas personas (curiosamente eran brasileños mayoritariamente). En principio, con que sigas el camino indicado, te hidrates bien y tomes el tiempo necesario para hacer la etapa, no tendrás ningún problema.



 

En el camino hay una posada, donde recuperamos las energías gracias a la gran variedad de comida que ofrecían, la cual era barata y de buena calidad. Muy recomendable hacer una paradita ahí. Por lo demás el resto de la etapa muy bien, se conectaba con la naturaleza, se respiraba mucha calma y la niebla hacía que hubiera momentos en los que parecía que estabas en una película de terror.

Tras esta dura etapa, llegamos al albergue municipal de Roncesvalles. Su precio era de 15€, incluyendo cena en el hotel que había al lado. La verdad es que las instalaciones son excelentes, cocinas inmensas, maquinas expendedoras, hospitaleros muy amables, colchones muy cómodos, varias duchas... Me gustó mucho el concepto de que no había habitaciones como tal, si no que era un mismo piso con distintos "departamentos" donde había 4 colchones en cada uno, unos seguidos de otros. La verdad es que eran muy prácticos para aprovechar el espacio, y estaba muy bien cuidado. 



Algo gracioso que nos sucedió... Cuando llegamos al "departamento" que nos asignaron, había un guiri de unos 60 años que parecía que estar dormido, y que había usado polvo talco (o eso espero que sea) de forma muy alocada y había por todo el suelo. Una vez que comimos, nos duchamos, nos acomodamos y procedí a realizar una de la mejores cosas que existen en el mundo... echarme una siesta. En pleno sueño me desperté porque escuche personas discutiendo... Resulta que había un segurata en el departamento, intentando despertar al guiri ya que había otro peregrino al que le habían asignado esa cama, por lo que o bien se había equivocado o se había intentado colar. Cuando consiguió despertar a nuestro amigo el guiri, le pidió el recibo de pago y el de la cama asignada. Este estuvo durante unos 20 minutos buscando los papeles, y parecía que se había colado... Pero resulta que al final los encontró, y se había equivocado. Al final se cambiaron las camas y se soluciono el problema. 

Después de este acontecimiento, que prometía más de lo que luego sucedió, nos fuimos a cenar, donde cenamos con más peregrinos. Fue una velada muy agradable ya que hablamos sobre muchas cosas, conocimos a nueva gente, nos reímos... Y la cena fue muy contundente, lo cual nos vino muy bien. La verdad es que resulto ser una etapa muy dura, pero en el albergue recuperamos todas las energías. 




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